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Hola a todos, si es que todavia me queda alguien que me lea Y_Y he estado perdiendo el tiempo en otras cosas Y_Y bueno ya estoy de vuelta, de momento dejo esto que escribí hace un tiempito y luego colgaré el resto del capitulo 5 de "Slayers" lo prometo ^^ bueno gracias si aun queda alguien y hasta muy pronto ^^

UNA TRÁGICA HISTORIA

Es él aquél que camina entre nosotros,

El que no cesa su paso lento,

El que muerto en vida se halla

Y no encuentra la paz;

El que recuerda día tras día

El lamento de su pesar

Reviviendo una y otra vez aquel día fatal.

Noche de invierno intenso,

Afuera se ve nevar,

Todos sentados a la mesa

Listos para cenar.

La madre charla con su hija,

El niño ayuda a papá,

Después de poner la mesa,

Se sientan todos a la par.

Desde las tinieblas de la noche

Se atisba un oscuro pesar,

Asecha un corazón lleno de maldad.

Todo se vuelve negro,

“papá ¿por qué esta oscuridad?”

Se levanta de la mesa

“tranquilos voy al sótano a mirar”

Pasa todo tan rápido que apenas cuenta se dan.

Primero mamá deja de respirar,

Porque el frío acero de un cuchillo

Le atraviesa la yugular.

El niño no se da cuenta

De que sólo se encuentra ya.

¿Por qué mamá y su hermana tan quietas están?

Sube papá las escaleras,

Ahora hay claridad,

Pero le extraña que todo

Este en tanta tranquilidad.

El mantel teñido de rojo,

Ella lo mira sin mirar

Sentada a la mesa

Fría cual glaciar;

La niña recostada en el suelo,

Descansa ahora pero no en paz;

Falta alguien

“¡hijo! ¿dónde estás?”

Sale corriendo y ve nevar,

En el suelo del patio

La nieve se ve singular,

Rojo carmesí, siente su corazón helar.

“¡hijo entra dentro, que te vas a congelar!”

Lo arrastra ya sin vida

Hasta dentro, a su hogar.

Alguien le arrebató su felicidad.

¿Quién fue ese desalmado?

Se pregunta sin parar.

Sus manos y su ropa sangran,

Busca pero no, las heridas no están.

No recuerda nada desde que fue al sótano a mirar,

Un recuerdo vago empieza a divagar.

“¡no papá, no lo hagas!”

Escucha a su hijo gritar,

Y ve al niño sin vida entre sus brazos.

Y se niega a aceptar.

Su mente le ha engañado,

Otra vez vuelve a escuchar

Aquella voz que de niño reprimía

Y le decía

¡Matar! ¡Matar! ¡Matar!